Hace unos días se estrenó Dune: Parte Dos, una de las películas de ciencia ficción más ambiciosas de los últimos años.

El pasado 29 de febrero tuvimos la oportunidad de ir a ver un maratón al cine, donde proyectaban las dos películas de Dune dirigidas por Denis Villeneuve. La primera parte que se estrenó en 2021 y la segunda parte que se estrenó el 1 de marzo de este mismo año.

Es por este motivo, que habiendo podido revisionar la primera entrega y habiendo visto su secuela justo después, hemos decidido analizar ambas entregas como un conjunto, aunque haciendo más hincapié en la segunda entrega. Así mismo, también os explicaremos porque creemos que estas películas tienen el potencial y la ambición de convertirse en una de las mejores sagas dentro del cine de aventuras y ciencia ficción modernas, rivalizando con otros grandes nombres como Star Wars y Star Treck.

Los orígenes de Dune

Las películas de Dune son un nuevo intento por adaptar la serie de novelas escrita por Frank Herbert y Brian Herbert. La primera novela de esta saga sería escrita por Frank Herbert y publicada en 1965, obteniendo un gran éxito. Mas tarde, saldrían sus secuelas El mesías de Dune (1969) e Hijos de Dune (1976).

Con estos dos libros, Frank finalizaría la primera trilogía de su obra magna. Sin embargo, no se detendría ahí, pues más tarde lanzaría una segunda trilogía compuesta por Dios emperador Dune (1981), Herejes de Dune (1984) y Casa Capitular Dune (1985).

Tras su muerte en 1986, su hijo Brian Herbert continuaría con su legado escribiendo dos trilogías más junto a Kevin Anderson. Ambas trilogías sirven como antesala de los acontecimientos narrados en la trilogía original de Frank.

Teniendo en cuenta su extenso lore, no es de extrañar que a lo largo del tiempo numerosos directores hayan querido adaptar las historias que encierran estas novelas a la gran pantalla.

El primero en hacerlo fue David Lynch en 1984. Esta adaptación, protagonizada por Kyle MacLachlan, Sean Young y Patrick Stewart, no fue muy bien recibida. Sin embargo, con el paso de los años paso a convertirse en una película de culto para los amantes de la ciencia ficción.

Más tarde, en el año 2000, John Harrison se encargaría de dirigir una miniserie de 5 horas, titulada como Dune, la leyenda. Si la película de David Lynch sentó los precedentes de esta saga en el cine, la miniserie de John Harrison permitió a los espectadores de la época explorar en más profundidad la trama existencialista y políticamente compleja de las novelas.

Finalmente, en 2021, llegó de la mano de Denis Villeneuve la última adaptación cinematográfica de Dune. Una película que recoge los elementos que hicieron grandes a sus predecesoras y los potencia, añadiendo una capa de efectos visuales a la altura de películas como Avatar: El Sentido del Agua.

El universo de Dune

Dune (2021) nos cuenta la historia de Paul Atreides, el primogénito de la Casa de los Atreides. Su vida cambiará por completo cuando su familia y él deban abandonar su planeta natal para ser enviados al planeta desértico Arrakis, todo por orden directa del emperador.

El padre de Paul, el duque Leto, se convierte así en el encargado de llevar a cabo la explotación y la gestión de las reservas de especia que se encuentran en el planeta. Una tarea para nada sencilla, pues para ello tendrá que lidiar con los peligros del desierto y con los Fremen, los habitantes del desierto; los cuales tienen una estrecha relación con la especia.

Sin embargo, el verdadero peligro viene de fuera. Y es que la Casa Harkonnen está planeando hacerse con el control de Arrakis y de las reservas de especia. Para ello deciden infiltrarse en la base de los Atreides y asesinar al duque y a su familia. Todo esto con el apoyo del emperador, quien está temeroso por el poder acumulado por esta casa.

Paul y su madre embarazada consiguen escapar por los pelos del ataque y tras varios días vagando por el desierto, consiguen reunirse con un grupo de Fremen, encabezados por Stilgar, quien les ofrecerá unirse a ellos.

Dune: Parte Dos continua la historia de Paul Atreides justo después de los acontecimientos de la primera película. Y es que tras derrotar a uno de los guerreros de los Fremen, su líder Stilgar les lleva a su base y les ofrece unirse a ellos.

Paul acepta, ya que quiere aprender más acerca del desierto y sus habitantes para así lograr llevar a cabo su venganza. Poco a poco, nuestro protagonista irá integrándose en la comunidad Fremen, mientras se va enamorando de Chani, una joven Fremen que por alguna extraña razón no para de aparecer en sus sueños.

Así es como Paul se verá envuelto en una antigua profecía, que le irá arrastrando a un inevitable futuro donde él será el encargado de liderar una Guerra Santa que acabará extendiéndose por todo el universo.

Y esto es solo la parte superficial, ya que ambas películas cuentan con un trasfondo político y religioso muy profundo. Quizás demasiado… Y es que, esto es lo que diferencia a Dune de otras sagas y películas de ciencia ficción.

Para quienes les gusten las tramas políticas y las historias enrevesadas, definitivamente esta saga es perfecta para ellos. Dune habla del feudalismo, de la colonización y del fanatismo religioso. Todo esto cubierto con una capa de ciencia ficción, donde junto al protagonista deberemos conocer las maravillas y peligros que esconden Arrakis y su desierto.

Al tratar todos estos temas a la vez, puede que a algunas personas estas películas puedan resultarles algo densas e incluso, en algunas partes, aburridas. Sin embargo, eso ya es cuestión de gustos.

Lo que sí podemos confirmaros, es que esta segunda entrega tiene mucha más acción que su predecesora. Algo que es de agradecer, pues ayuda a amenizar mucho la trama.

Un reparto a la altura

La primera película ya tuvo un reparto de lujo, pero Dune: Parte Dos no se queda atrás. Este está encabezado por Timothée Chalamet, Zendaya y Rebecca Ferguson.

Por un lado, Timothée Chalamet y Rebecca Ferguson continúan representando los roles de Paul Atreides y Jessica Astreides, como madre e hijo. Ambos cumplen con su papel, pero es Timothée Chalamet quien destaca, pues en esta ocasión su personaje evoluciona a otro nivel, convirtiéndose en el mesías y el héroe que Arrakis necesita. Su presencia en pantalla se hace notar y su actuación le aporta tal carisma a su personaje que hará que tú también quieras unirte a su causa.

Por otro lado, tenemos a Zendaya, quien ya apareció al final de la primera parte. En esta secuela, su personaje tiene una mayor relevancia y nos permite conocerlo mejor. Creo que lo más destacable de su actuación en esta cinta fue su lenguaje no verbal. Sus miradas de amor, de ira, de impotencia al ver como la persona que le había jurado amor eterno cambia y va alejándose poco a poco de su lado. Definitivamente, Zendaya hace que el personaje de Chani sea creíble y que sientas cierta empatía hacia ella. No obstante, a su personaje aún le queda mucho por demostrar. Esperamos con ansias ver más de ella en la tercera parte.

Por último, nos gustaría destacar la actuación de Austin Butler. En esta ocasión interpreta a Feyd-Rautha, uno de los antagonistas de este filme y, porqué no decirlo, uno de los mejores de la saga hasta el momento.

Su personaje se come la pantalla en cada escena en la que aparece. Es como un agujero negro que absorbe toda la atención del espectador. Quizás esto se deba a todo el misticismo que hay detrás del personaje o a que, al fin y al cabo, es la antítesis del protagonista. Sea como sea, el personaje de Austin Butler cumple con todos los requisitos imprescindibles de todo buen villano: da miedo, su sola presencia produce respeto y consigue que sientas una profunda aversión hacia él.

Conclusión

Dune: Parte Dos es una película claramente superior a su predecesora. Añade mucha más acción y profundiza mucho más en el lore.

Visualmente la cinta de Denis Villeneuve sigue viéndose increíble. Los efectos especiales y la fotografía siguen siendo uno de los puntos fuertes de esta saga. Esto sumado a los efectos de sonido y a su espectacular banda sonora, compuesta por Hans Zimmer, hacen que ver esta película en el cine se convierta en una auténtica experiencia audiovisual. Y es que, hacía tiempo que un mundo ficticio no nos atrapaba de esta manera.

Recomendamos esta película a todos los amantes de la ciencia ficción, ya que – como os comentamos al principio del artículo -, estamos seguros de que con el paso de los años tanto Dune: Parte Uno como su secuela acabarán convirtiéndose en dos joyas del cine de ciencia ficción contemporáneo.