Nosferatu, una película para los amantes del terror gótico.

Los vampiros son sinónimo de violencia, muerte, terror y sensualidad. Suelen ser descritos como criaturas nocturnas que buscan saciar su sed de sangre. A lo largo de los años, han sido adaptados a distintos medios, por lo que la figura del “vampiro clásico” ha ido evolucionando y cambiando con el paso del tiempo.

Un ejemplo claro lo encontramos en el cine, donde se les ha representado de distintas maneras. Existiendo películas de acción como Blade (1998) o Van Helsing (2004), que los representan como sanguinarias criaturas con poderes sobrenaturales. Mientras otros filmes, como Abigail (2024) o El último viaje del Demeter (2023), siguen este mismo patrón pero resaltando sus cualidades monstruosas. Afianzando así la figura del vampiro como la de un depredador implacable.

A pesar de sus diferencias, todas estas versiones vampíricas tienen algo en común: son figuras que representan poder, placer y muerte. Características que son cogidas directamente del vampiro clásico. Y es que la figura del vampiro, tal y como la conocemos hoy en día, proviene del romanticismo. Más concretamente de la novela de Bram Stoker, Drácula.

Ahora bien, hay dos películas que para mí son las que mejor representan a la figura de este vampiro clásico. Estas son: Nosferatu, eine Symphonie des Grauens (1922) y Drácula, de Bram Stoker (1992).

En ambos filmes muestran la figura del vampiro como un reflejo de las “emociones más bajas del ser humano”. El erotismo, el hambre insaciable, el deseo de poseer lo imposible… Y todo lo reflejan sin dejar de lado su faceta de depredador.

A esta lista, ahora debo sumarle Nosferatu (2024). Una nueva versión del clásico de 1922, dirigida por Robert Eggers. Ahora sí, pasemos a analizar esta obra en profundidad.

El regreso de Nosferatu a la gran pantalla

Si ya os habéis visto alguna de las dos pelis de Nosferatu – ya sea la versión original de 1922 o la versión de 1979 dirigida por Werner Herzog -, u os habéis leído la novela de Drácula, seguramente ya sabréis de que va la trama. Nosferatu (2024) nos cuenta la historia de una joven llamada Ellen, quien es acosada por una oscura entidad. Un día a su marido – Thomas Hutter – le encargan la tarea de ultimar la venta de una finca con el Conde Orlok. Para ello tendrá que desplazarse hasta su residencia, un viejo castillo perdido en los Montes Cárpatos.

Una vez allí, Thomas se da cuenta de que Orlok es en realidad un vampiro, el cual parece estar obsesionado con su esposa. Este último acaba mordiendo a Thomas y se dirige hacia la ciudad de Wisborg, con el fin de encontrarse con Ellen. Dejando tras de sí, un rastro de enfermedad y muerte.

La película es muy fiel al material original. La trama discurre más o menos igual y los personajes principales se mantienen. Eso sí, en esta versión se profundiza mucho más en la figura de Ellen. Teniendo un mayor protagonismo y explicándonos más acerca de su pasado y su relación con el Conde Orlok. Convirtiéndose así en un personaje mucho más profundo que en sus anteriores versiones.

Hablemos de sus personajes y su reparto

Como ya hemos mencionado anteriormente, uno de los personajes que más peso tiene en la trama es Ellen. Esta es interpretada por Lily-Rose Melody Depp, una actriz conocida no solo por ser la hija de Johnny Depp, sino por participar en la miniserie The Idol (2023) o en la película El rey (2019).

En esta ocasión, Lily-Rose lleva a cabo la mejor interpretación de todo el elenco. No solo por todos los matices que le aporta a su personaje, sino por el amplio registro que ofrece. En todo momento puedes notar su angustia y desesperación. El dolor que siente al sentir que nadie la comprende, su soledad… Y a esto debemos sumarle sus escenas de terror, como la escena de la posesión, donde hace gala de su lenguaje corporal.

Sin embargo, no es la única que lo borda. También tenemos a Bill Skarsgård, quien interpreta al Conde Orlok, el principal antagonista de la cinta. Este actor ya interpretó a otro icono del terror, como lo fue Pennywise. De hecho, fue este papel el que le abrió las puerta para interpretar a Nosferatu. Y la verdad es que lo borda. Su presencia era tan intimidante, que hizo que se me pusiera la piel de gallina.

De hecho, su caracterización era tan buena, que ni siquiera me di cuenta de que era Bill Skarsgård hasta que vi su nombre en los créditos. Lo que más me gustó de él fue su actuación de voz. Ya que Bill dotó a Orlok de una voz grave y penetrante. Una voz que me resultó intimidante y autoritaria.

Nosferatu

Por otro lado, el personaje de Thomas Hutter – interpretado por Nicholas Hoult-, es otro de los protagonistas de esta cinta. Aunque para ser sinceros, este no brilla demasiado y a partir de cierto punto en la película pasa a estar en un segundo plano.

La razón por la que su personaje no destaca se debe a que en la mayoría de las ocasiones comparte escena con Ellen u Orlok, quienes se roban el show por completo. Pero si nos centramos en su actuación, la verdad es que Hoult hace una interpretación más que decente.

Por último me gustaría hablaros del profesor Albin Eberhart Von Franz. Un personaje que es el alter ego de Van Helsing en el libro y que en esta cinta está interpretado por Willem Dafoe. Uno de mis actores favoritos de todos los tiempos.

¿Su actuación? Brillante. ¿Su personaje? No me gustó. Solo sirve para ser el aliado de Ellen y para agilizar la trama con alguna explicación puntual. A pesar de esto, su premisa en un principio parece ser interesante. En un mundo dividido entre los que solo creen en la ciencia y los seguidores de lo oculto, Von Franz parece encontrarse en un punto intermedio.

Nosferatu

Ojalá le hubieran dado un poco más de tiempo en pantalla al personaje para conocer un poco más acerca de sus verdaderas motivaciones y su conexión con Ellen. Sin embargo, al igual que con Hoult, este acaba siendo relegado a un segundo plano.

Terror en estado puro

Antes de ir a ver Nosferatu, me vi las dos versiones anteriores. Tanto la de 1922 como su “versión más moderna”, – Nosferatu, vampiro de la noche (1979). Tengo que decir que ambas películas me gustaron bastante. Eran entretenidas y conseguían generar tensión e incomodidad en algunos momentos. Sin embargo, la nueva cinta de Robert Eggers va más allá y nos presenta la versión más terrorífica de este clásico hasta la fecha.

La fotografía, el sonido, la caracterización de los personajes y la recreación de los escenarios son sublimes. Gracias a todos estos elementos, la película consigue crear una atmósfera realmente sobrecogedora e inquietante. Y no es nada raro, teniendo en cuenta de que es Robert Eggers quien la dirige. Un director que ya había dirigido otras películas como La bruja (2015) o El faro (2019).

En esta ocasión, al igual que en sus otros trabajos, Eggers ha vuelto a crear una película bella a la par que inquietante. Consiguiendo difuminar la línea entre lo erótico y lo terrorífico, la ficción y la realidad. Y es que Nosferatu es un relato gótico llevado a la gran pantalla.

Pero no nos confundamos, Nosferatu es mucho más que una cinta de terror gótico, ya que no pretende simplemente asustarte. Nosferatu quiere incomodarte y que te sientas desprotegido ante una amenaza que refleja la oscuridad que hay dentro de nosotros.

Esta película podría ser estudiada desde un punto de vista psicológico y sociológico. Y es que la cinta trata varios temas importantes como la represión que sufrían las mujeres de la época y su papel dentro de la sociedad, los estigmas hacia las enfermedades mentales o la lucha contra nuestros deseos más profundos y oscuros.

Todos estos temas son tratados a lo largo de la película de manera muy sutil. Otorgándole una mayor profundidad a la cinta con respecto a otras películas del género.

Conclusión

Nosferatu es una gran película de terror gótico. Esta cinta es una de las versiones más terroríficas que hemos podido ver de este personaje. Y en gran parte esto se debe al gran trabajo en dirección que ha llevado a cabo Robert Eggers.

Lo más destacable de Nosferatu son, sin duda alguna, su atmósfera y la caracterización de sus personajes. Sobre todo la del Conde Orlok, cuyo “nuevo lookme ha encantado. Además, esta película también nos deja con algunos planos que parecen sacados directamente de un cuadro. No por nada, Nosferatu ha sido nominada a cuatro Oscars: Mejor fotografía, Mejor diseño de producción, Mejor vestuario y Mejor maquillaje y peluquería.

Quizás la única pega que le pondría a esta película es su ritmo. Y es que a veces se puede hacer un poco lenta, sobre todo a partir de la segunda mitad. Pero más allá de todo esto, lo cierto es que Nosferatu se ha convertido en una de mis cintas favoritas de 2024. Una película que mezcla a la perfección terror, romance y drama.

Nosferatu