Joker: Folie à Deux es una secuela ambiciosa, pero innecesaria.
Puede que este sea uno de los análisis más difíciles a los que me he enfrentado este año. Cuando salí del cine de ver Joker: Folie à Deux, no podía dejar de sentir esa sensación agridulce de cuando sabes que un producto está bien hecho pero aún así te ha dejado insatisfecho. De hecho, en los días posteriores, hubo momentos donde llegué a odiar esta película. Pensando que había tirado por tierra todo lo que se había construido en la primera película.
Y es que, para mí, Joker (2019) es una de las mejores películas de DC. No solo por su fantástica dirección, fotografía y guion; sino también por alejarse de los estándares del cine de superhéroes moderno. Una fórmula que Marvel creó para dar lugar al MCU y que DC intentó implementar más tarde sin éxito.
Joker no pertenecía a ningún universo compartido. Era una película independiente, que se alejaba de la acción y la comedia para dar paso al drama y al suspense. Y esta fórmula funcionó increíblemente bien. Dejándonos con un final abierto y muchas teorías acerca de la trama. Además, consagró al Joker de Joaquin Phoenix como un personaje icónico de la gran pantalla. Ganando varios premios y siendo un éxito rotundo en taquilla.

Joker: Folie à Deux intenta dar un giro de 180 grados y arrojar luz sobre las muchas teorías que se han estado formulando durante años. Así como poner un punto y final a la historia de Arthur Fleck. Spoiler: a Todd Phillips no le salió bien la jugada.
No obstante, quise esperar un tiempo para realizar este análisis. Para reflexionar y enfriar las ideas. Y por fin ha llegado el momento. En el siguiente análisis profundizaré en las virtudes y defectos de esta película. Intentando contestar a la pregunta de si realmente Joker: Folie à Deux es una mala película o solo es incomprendida.
El villano de una historia mal contada
Esta película continua con la historia de Arthur Fleck, quien tras los acontecimientos de la primera película se encuentra internado en Arkham. Mientras espera a que se lleve a cabo su juicio, Arthur conoce a otra interna llamada Lee Quinzel. Ambos se enamoran y comienzan una relación de lo más disfuncional.
Mientras tanto, a su alrededor se lleva a cabo un juicio mediático en el que se debate si Arthur sufre de personalidad múltiple. Una teoría que de demostrarse, le evitaría a nuestro protagonista la pena de muerte.
Seré directo. Joker: Folie à Deux sufre de muchísimos altibajos a la hora de contar su historia. Y esto se debe a que en algunos momentos, la película parece no saber que quiere contar.
Hay dos tramas bien diferenciadas que parecen pertenecer a dos películas distintas. Por un lado, tenemos el caso de Arthur, el cual se enfrenta a un juicio mediático por los crímenes que cometió en la primera película. Esta parte de la película tiene un tono mucho más dramático y solemne.
Por otro lado, tenemos un musical que desarrolla la relación romántica entre Arthur Fleck y Lee Quinzel. Una relación que va evolucionando a medida que transcurre el juicio. De estas dos tramas, la que más me gustó fue la relacionada con el juicio. Ya que mantiene algo de la esencia de la primera película. Esta parte del filme nos muestra un lado mucho más humano de Arthur.


Joker: Folie à Deux logra representar a su protagonista como un ser débil pero potencialmente peligroso. No tanto por sus actos, sino por como influye en las personas. Un tema que también salió a relucir al final de la primera película y en la cuál el director quiso hacer más hincapié en esta segunda entrega.
No obstante, ni la mejor parte de la película está libre de fallos. Y cabe aclarar que lo que voy a decir a continuación es una impresión particular.
El mayor error de Todd Phillips es querer destruir la figura del Joker que él mismo creó en la primera película. Se nota el esfuerzo que hace en criticar y ridiculizar al Joker y a Arthur Fleck. Sobre todo a este último, al cuál utiliza como un saco de boxeo. Ya que, de nuevo, todo el mundo parece pasarle por encima. Se ríen de él, le critican por sus acciones e incluso hay varios momentos en los que llegan a abusar física y psicológicamente de él. Sin embargo, a diferencia de la primera película, aquí no hay un punto de inflexión. No hay un punto en el que Arthur diga: “Basta”.
Joker: Folie à Deux es una tragedia. Ya que el débil protagonista al que vimos crecer a base de golpes, mentiras y desprecios por parte de la sociedad, hasta convertirse en un monstruo capaz de poner patas arribas a toda una ciudad; en esta cinta simplemente desaparece. Y por una razón bastante estúpida, la cual no voy a revelar para no hacer spoilers.
Además, todos los misterios y teorías que nos dejó Joker (2019) son resueltos en esta película. Quitándole ese misticismo a la primera entrega. Por lo que resumiendo, Joker: Folie à Deux no solo no ayuda a su protagonista a seguir evolucionando, sino que además le resta calidad a su predecesora.
Había que sacarles provecho…
Arthur Fleck vuelve a ser interpretado por Joaquin Phoenix. Un papel que ya bordó en 2019 y que le sirvió para ganar el Oscar a Mejor Actor ese año. En esta ocasión, vuelve a deslumbrar con su actuación. Mostrándonos la gran variedad de registros que tiene como actor.

A pesar de esto, sí que hay una cosa en la que creo que flojea bastante. Y es, como no, en los números musicales. No quiero ser cruel, pero se nota que Joaquin Phoenix no es un actor de musicales. A diferencia de otros actores como Hugh Jackman o Ryan Gosling, Phoenix no tiene la voz ni las dotes de artísticas necesarias para destacar en este tipo de películas.
Un ejemplo de esto que os estoy explicando, lo tenemos en uno de los números musicales donde el Joker parece estar bailando claqué y sus pasos van completamente desincronizados con el sonido de los zapatos. Dicho de otra manera, se nota de lejos que no es él el que los está produciendo. Quitándole parte de la magia a este número.
Es Lady Gaga -quien interpreta a Lee Quinzel -, la que brilla en estos números musicales. Eclipsando al mismo Joaquin Phoenix. No estoy seguro, pero creo que esto puede ser una analogía a como se siente Arthur cuando ella está a su lado. Pero esta es una interpretación propia, ya que esto no se deja claro en la película.

Lady Gaga hace un buen papel. Es una lástima que su personaje sea tan vacío. Y es que Lee Quinzel es un personaje demasiado plano, carente de motivaciones y personalidad. En ningún momento de la película se nos explica claramente cuales son sus motivaciones ni que cómo se siente. Bueno… Realmente esto último sí, pero lo hacen de una forma muy extraña. A través de las canciones. Canciones que, por cierto, no son originales de la película. Aunque de eso ya hablaremos en el próximo apartado.
El caso, es que resulta muy difícil empatizar con su personaje. Por no decir, que su relación romántica con el Joker es totalmente superficial y poco creíble. Yo en algunos momentos estaba por levantarme y gritarle a la pantalla: “¡Arthur, sal de ahí! Esa tipa es una thirsty.”

La única razón que justifica la aparición de Lady Gaga en esta cinta es: primero, por conveniencia de la trama. Y segundo, porque se trata de un musical. Y recordemos que Gaga es una de las cantantes más reconocidas en la actualidad. Por lo que me imagino que el director quiso sacarle el máximo provecho, haciendo que interpretara varias de las canciones.
¿Joker: Folie à Deux es un buen musical?
La respuesta corta es no. A pesar de tener uno o dos buenos números musicales, lo cierto es que la mayoría son bastante olvidables. Y algunos de ellos dan bastante cringe, porque se sienten fuera de lugar. Siento que están mal integrados y que no aportan nada a la trama.
Por otro lado, como ya mencionamos anteriormente, la mayor parte de las canciones de Joker: Folie à Deux son arreglos de canciones clásicas. Canciones como “For Once in My Life” de Stevie Wonder o “Bewitched” de Frank Sinatra son versionadas para esta película. Por aquí os dejamos la banda sonora para que le echéis un vistazo.
Conclusión
Joker: Folie à Deux no es una buena película. Pero tampoco es un desastre absoluto. Tiene algunos momentos brillantes que me recordaron a la primera película. En lo particular, destacaría los primeros 20 minutos de la cinta y algún que otro momento durante el juicio.
No obstante, lo que hace perder calidad a esta segunda entrega respecto a su predecesora es su carácter musical. Y quiero remarcar que no estoy de acuerdo con los que dicen que esta película es mala por ser un musical. Hay muchos musicales que saben unir drama y romance de manera exitosa. Ahí tenemos ejemplos como Moulin Rouge! (2001) o Los miserables (2012).
Sin embargo, Joker: Folie à Deux parece no decidirse a dar el salto y se queda a medias. Ya que, como os comenté anteriormente, parece que la película quiere contarnos dos historias completamente distintas. Y solo utiliza los números musicales para unirlas y hacer que la trama avance a trompicones.
En definitiva, no os recomiendo que vayáis al cine a ver esta película. Sobre todo si os gustó mucho Joker (2019). Ya que esta secuela, a pesar de ser más ambiciosa, tira por tierra todo lo construido en la primera película.
