Dordogne un juego que me trasladó a mi infancia.

Los videojuegos son mucho más que un medio de entretenimiento. Son obras audiovisuales capaces de transmitir historias y mensajes. Algunas de ellas incluso podrían ser consideradas como obras de arte interactivas.

Sé que algunos de vosotros estaréis pensando que me estoy viniendo un poco arriba. Pero seguro que cambiaréis de idea cuando conozcáis un poco más en profundidad Dordogne. Una aventura gráfica desarrollada por los estudios franceses Un Je Ne Sais Quoi y Umanimation.

Recuerdos de una infancia

Dordogne nos pone en la piel de Mimi. Una joven que regresa a la casa de su abuela en la Dordoña, tras la muerte de esta. Allí revivirá algunos de sus recuerdos más preciados de la infancia. Más concretamente, del verano que precedió a su decimotercer cumpleaños. Un verano lleno de diversión y aventuras.

Mientras Mimi va desbloqueando todos estos recuerdos, deberá hacer frente a las decisiones de su adultez y descubrir los secretos perdidos de su familia.

La historia está dividida en ocho capítulos. Cada uno de ellos centrado en un evento de aquel verano. Todos estos recuerdos están narrados por la propia Mimi, quien irá reviviéndolos a medida que explora la casa de su abuela y sus alrededores. Desentrañando poco a poco la verdad de lo que pasó ese verano.

Me gusta mucho el enfoque que le han dado a este título. Más allá de los elementos fantasiosos y de aventura que presenta el juego, el verdadero corazón de este reside en los momentos más cotidianos. Momentos que muchos de nosotros hemos tenido la suerte de vivir en algún momento de nuestra vida. Ir a comprar al mercado de nuestro pueblo, ayudar a preparar la comida, explorar los alrededores de la casa de nuestros abuelos… Eventos cotidianos que solo valoramos con el paso del tiempo. En este sentido, Dordogne juega mucho con el factor nostalgia.

La nostalgia es la piedra angular de este juego que nos invita a rememorar nuestra infancia junto a Mimi. A explorar los hermosos paisajes de la Dordoña, mientras jugamos, sacamos fotos y coleccionamos pegatinas. Dordogne nos invita a conectar con nuestro niño interior y a dejar de lado los prejuicios y los problemas que traen consigo la adultez. Y para mí. este es uno de los puntos más fuertes de esta obra.

El arte en Dordogne

Otro de los puntos fuertes de Dordogne se encuentra en su apartado artístico. Y puedo deciros, sin temor a equivocarme, que este es uno de los títulos más bonitos que he jugado en mi vida.

El juego está ambientada en la Dordoña, un bello departamento francés situado al suroeste del país. Tomando como inspiración sus paisajes naturales, Dordogne recrea estos entornos utilizando acuarelas.

Al jugar a Dordogne, sentía que estaba dentro de uno de esos cuentos infantiles llenos de ilustraciones hechas a mano. Y esto es muy positivo, ya que refuerza el concepto principal del juego acerca de la infancia.

La animación es otro punto que hay que destacar. Sobre todo teniendo en cuenta que este título mezcla elementos en 2D y 3D. Creando así la sensación de estarte moviendo dentro de un cuadro.

Dordogne como juego…

Dordogne es una aventura gráfica. Con todo lo que ello conlleva. La exploración, los puzles y los minijuegos son sus principales pilares jugables.

Explorar los escenarios es una delicia pues, – como ya mencionamos en el apartado anterior-, estos son increíblemente hermosos. Pero por si no bastará con eso, el juego añade varios coleccionables lo suficientemente atractivos como para que los jugadores deseen hacerse con ellos.

Hay dos tipos de coleccionables: los estéticos y los narrativos. Los primeros son las pegatinas y las palabras. Ambas sirven para crear nuevas páginas para nuestro archivador.

El archivador es un elemento muy importante tanto a nivel narrativo como mecánico. Aquí Mimi podrá acceder al mapa, ver los coleccionables que lleva recogidos y crear páginas donde recopile sus aventuras. El jugador podrá añadir las pegatinas que recoja, crear pequeñas poesías con las palabras que encuentre y añadir fotos y sonidos.

Imagen del juego sacada de Internet, la cual muestra la interfaz del archivador. Un objeto con el que podremos interactuar para ver nuestro progreso dentro del juego y crear nuevas páginas.

Los coleccionables narrativos son las cartas y los casetes. Y, como su nombre indica, estos aportan información adicional sobre la familia de Mimi y su pasado.

En cuanto a los puzles y los minijuegos, estos son muy fáciles y sencillos. Esto puede ser algo positivo o negativo, dependiendo del tipo de jugador. Si esperáis algún tipo de reto o un poco de acción, aquí no lo encontraréis. Los puzles y minijuegos de Dordogne solo sirven para apoyar la narrativa y para aportar algo más de variedad al gameplay.

Como buena aventura gráfica, este título permite al jugador tomar alguna que otra decisión que solo afecta al diálogo. Y digo esto porque la historia es bastante lineal y solo tiene un final. Pero que final… Solo os puedo decir que no os dejará indiferentes.

Conclusión

Dordogne es mucho más que un juego. Es una experiencia narrativa y visual. El ejemplo perfecto de que los videojuegos pueden ser mucho más que un simple pasatiempo.

Este título consiguió sorprenderme con su hermoso apartado artístico y emocionarme con su narrativa. Ya que cuenta una historia que invita al jugador a conectar con su pasado y a ver el mundo a través de los ojos de una niña que está pasando las vacaciones con su abuela. Una historia en la que pude verme reflejado y que me trasladó a un tiempo en donde todo era mucho más fácil. Donde las vacaciones de verano eran la oportunidad perfecta para empezar una nueva aventura.

Edición física de Dordogne

Este juego ha sido publicado en formato físico gracias a la colaboración entre Pix’n Love y Tesura Games. Esta edición trae consigo el juego base.

Lo único que sí lamento es que no traiga consigo un libro de arte. Pero por el resto, os recomiendo que le deis una oportunidad y que lo probéis vosotros mismos. Dordogne se encuentra disponible para PlayStation 5 y Nintendo Switch.